Novena
Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias. Deseo que durante esos nueve días lleves a las almas a la fuente de mi Misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a mi corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar de mi misericordia. Y a todas estas almas yo las ingresaré a la casa de mi Padre. Lo harás en esta vida y en la futura. Yo no rehusará nada a ningún alma que llevarás a la Fuente de mi Misericordia.
Cada día pedirás a mi Padre las gracias para estas almas por Mi amarga Pasión.
Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de mi misericordia. De esta forma me consolarás de la amarga tristeza en que me sumerge la pérdida de las almas.
Jesús misericordioso, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita.
Acógenos en la morada de tu compasivo Corazón y nunca no dejes salir de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre eterno mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que se encuentran en el Corazón de Jesús lleno de compasión, y por su dolorosa pasión muéstranos tu misericordia, por los siglos de los siglos.
Amén.
(Se reza la coronilla).
Segundo día
Hoy, tráeme a los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelos en mi misericordia insondable. Fueron ellos los que me dieron fortaleza para soportar mi amarga pasión. A través de ellos, como a través de canales mi misericordia fluye hacia la humanidad.
Jesús misericordioso de quien procede todo bien, aumenta tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el cielo.
Padre eterno mira con misericordia al grupo elegido de tu viña, a los sacerdotes y a los religiosos; otórgales el poder de tu bendición. Por el amor del Corazón de tu Hijo, en el cual se encuentran, concédeles el poder de tu luz para que puedan guiar a otros por el camino de la salvación, y a una sola voz canten alabanzas de tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos.
Amén.
(Se reza la coronilla).
Tercer día
Hoy, tráeme a todas las personas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Estas me consolaron en lo largo del vía Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura.
Jesús infinitamente compasivo, que desde el tesoro de tu misericordia les concedes a todos tus gracias en abundancia, acógenos en la morada de tu clementísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de él. Te lo suplicamos por el inconcebible amor con que tu Corazón arde por el Padre celestial.
Padre eterno, mira con misericordia a los fieles como herencia de tu Hijo y por su dolorosa pasión concédeles tu bendición y rodéalos con tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los santos glorifiquen tu infinita misericordia por los siglos de los siglos.
Amén.
(Se reza la coronilla).
Cuarto día
Hoy tráeme a los paganos y a aquellos que todavía no me conocen. También pensaba en ellos durante mi amarga pasión y su futuro celo consoló mi Corazón.
Sumérgelos en el mar de mi misericordia.
Jesús compasivo, que eres la luz del mundo entero.
Acoge en la morada de tu piadoso Corazón a los paganos que todavía no te conocen. Que los rayos de tu gracia los iluminen para que también ellos, unidos a nosotros, ensalcen tu misericordia admirable y no los dejes salir de la morada de compasivo corazón.
Padre eterno, mira con misericordia a los paganos y a los que todavía no te conocen, pero que se encuentran en el compasivo Corazón de Jesús. Atráelos hacia la luz del evangelio. Ellos desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellos ensalcen la generosidad de tú misericordia por los siglos de los siglos.
Amén.
(Se reza la coronilla).
Quinto día
Hoy tráeme a los hermanos separados, y sumérgelos en el mar de mi misericordia. Durante mi amarga pasión, desgarraron mi cuerpo y Corazón, es decir mi Iglesia. Según regresen a la iglesia, mis llagas cicatrizan y de este modo alivian mi Pasión.
Jesús misericordioso, que eres la bondad misma, tú no niegas la luz a quienes te la piden. Acoge en la morada de tu compasivo Corazón a los hermanos separados y con tu luz atráelos a la unidad de la iglesia, y haz que también ellos glorifiquen tu Misericordia.
Padre eterno, mira con misericordia a los hermanos que malgastaron tus beneficios y han abusado de tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de tu Hijo y su amarga pasión que sufrió por ellos y que también ellos glorifiquen tu Misericordia por los siglos de los siglos.
Amén.
(Se reza la coronilla).