Oración de la tarde.
A las tres de la tarde, ruega por Mi misericordia, en especial por los pecadores y aunque sólo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi pasión, especialmente en mi abandono en el momento de Mi agonía. Ésta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré penetrar en Mi tristeza mortal. En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de mi pasión....(Diario, 1320).
Te recuerdo, hija mía, que cuántas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Mí misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abrió de para en par para cada alma. En esa hora puedes obtener todo lo que pidas para ti y para los demás.
En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia. Hija Mía, en esa hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan los deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón que está lleno de misericordia. Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante.
Exijo el culto a Mi misericordia de cada criatura, pero primero de ti, ya que a ti he dado a conocer este misterio de modo más profundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario